Los tatuajes tribales se caracterizan por líneas sólidas, curvas y angulares, y se centran en el contraste y el ritmo visual.
Es un estilo potente que destacaba en zonas grandes del cuerpo, aunque actualmente se ha modernizado y también encontramos tribales de tamaño reducido con gran peso estético.
El término “tribal” es amplio y agrupa muchas tradiciones de tatuajes de pueblos indígenas en todo el mundo. Algunos ejemplos históricos:
Polinesia (Samoa, Tahití, Hawái): ritos de paso, estatus social, protección espiritual.
África (Zulu, Berber): marcas de identidad tribal y de valentía.
América (tribus amazónicas, nativos norteamericanos): símbolos de clan, espiritualidad y caza.
Celtas y vikingos: tatuajes simbólicos, nudos, runas y protección.
Originalmente, muchos tatuajes tribales se hacían sin tinta negra, usando ceniza, arcilla u otras sustancias naturales. Muchos diseños originales eran considerados amuletos.
El tatuaje tribal moderno que vemos en Occidente, aparecen en los años 80–90 como un estilo de moda, y a menudo se inspira y combina las formas polinesias, maoríes y africanas, creando un estilo híbrido que no refleja un solo origen pero conserva la fuerza visual, siendo más abstracto y decorativo.